Una inmersión brutal en la decadencia rural de la nobleza gallega del siglo XIX.
En un mundo de campos desolados y pasiones salvajes, el joven sacerdote Julián llega a los Pazos de Ulloa con la misión de poner orden. Pero lo que encuentra es una casa dominada por la barbarie, el abandono y el caciquismo, donde el marqués vive sometido a sus instintos y a la voluntad de un criado brutal. A medida que Julián se adentra en ese universo hostil, sus ideales se tambalean y su fe es puesta a prueba. Emilia Pardo Bazán traza, con maestría y realismo descarnado, el retrato de un país a la deriva y de un hombre atrapado entre la moral y la ruina.