Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero hay fotos
que encierran historias enteras. Alexa Castillo lo sabe bien: su vida
ha sido una colección de instantáneas en blanco y negro, algunas
desenfocadas, otras con demasiado contraste… y unas cuantas que
preferiría borrar.
Ahora, con 46 disparos que retratan más de lo que quiere admitir,
su exposición en Santiago podría ser su gran oportunidad. O su
mayor vértigo. Porque no es solo arte, es su pasado expuesto en
cada encuadre y su miedo reflejado en cada sombra. Y mientras
los flashes se disparan y las preguntas la acorralan, se enfrenta a la
pregunta que ha evitado por años: ¿se puede realmente empezar de
cero sin revelar todo lo que llevas dentro?
Carlos Ardiles Irarrázabal ha creado una historia intensa, real y
desgarradoramente honesta sobre el arte, el miedo, el amor —del
bueno y del que no lo es tanto— y la búsqueda de una voz propia.
Porque la vida, al final, es como la fotografía: a veces borrosa, a ve-
ces quemada, pero siempre con la posibilidad de ajustar el enfoque
y disparar de nuevo.