La trama de Caferatta mantendrá en vilo al lector hasta las últimas páginas con diálogos ágiles y amenos, profundamente filosóficos, pero cuya simplicidad retrata descarnadamente nuestro complejo tejido social.
No faltan en esta novela crudas escenas de erotismo y conflictos pasionales, que lo llevarán de una casa de Don Torcuato a la intimidad de un café, desde unas oficinas en Puerto Madero hasta las de la CIA, para recalar finalmente en un pobre rancho de Gualeguay.
En todos esos escenarios asistiremos a un duelo de inteligencias, a una confrontación de culturas, que irá en progreso hasta desnudar lo mejor y lo peor de sus protagonistas.
Con un desenlace imprevisible, este relato, sin parangones en el panorama de la actual literatura nacional, lo hará reír, llorar y pensar; sobre todo, pensar.