Este libro lo que quiere mostrar es que el ser humano solo está en su esencia cuando es pequeño, de niños somos transparentes, hacemos las cosas porque sí sin pararnos a pensar si lo hacemos bien o no.
A medida que vamos creciendo, tanto los padres, profesores y la sociedad en sí misma nos educa, nos pone unas normas y nos dice qué es correcto o no. Lo cual no es malo, sin embargo, perdemos esta esencia, limitándonos a «hacer las cosas como dictan otros».
El niño crece con unas creencias limitantes sin ser consciente de ello, tapando su personalidad. Volverla a destapar es costoso, porque a veces es doloroso, no obstante, para saber quiénes somos, es fundamental trabajarse a lodos los niveles.
Cuando se logra, queda la satisfacción de ser como queremos ser, se siente una liberación interna muy potente y gratificante.