Los vericuetos de esta historia huelen al humo que impregna la minería asturiana, el humo que siempre acompañó y siempre acompañará a la generación de mineros e hijos de mineros en la cuenca de Asturias. Una historia sobre la amargura y la superación, sobre la ternura de una época que ya no volverá, cargada de un humor tan negro como el interior de una mina que devora hombres.